Es un trato de pareja que supone una mayor interacción personal en comparación con otros servicios, en el que cabe destacar que dicho grado cambia dependiendo de la persona. La característica principal es que no existe una prioridad por el sexo, sino tener una experiencia más íntima y personal. Las sesiones suelen durar lo pactado, sin ninguna clase de prisas, lo que significa que la chica utiliza el tiempo contratado para todas clase de juegos sexuales (ya sean besos, caricias, coqueteos) y, si el coito forma parte del contrato, pues lo hay. Una bailarina exótica (estríper) también puede ofrecer una GFE limitada a través de conversaciones, caricias y algún que otro baile de mesa. Aquí, el trato de pareja que incluye el acto sexual, es mucho menos frecuente y, son actos que normalmente son conocidos como extras. Las chicas GFE cumplen un rol determinado y, siempre de pareja. Hasta pueden inventarse todo tipo de historias, como cuánto tiempo llevan juntos, cómo se conocieron, etcétera, haciendo mucho más profunda la experiencia. Las escorts suelen ofrecer sus servicios sexuales y, son días en los que ella cumplirá a rajatabla todos tus deseos, y ellas también disfrutaran lo suyo. Puedes utilizar una escort para casi todo (por no decir todo como regla general) hasta puedes viajar con ellas si es tu deseo. Claro que primero hay que acordarlo. Si es una escort independiente, solo tendrás que tratar con ella y, en caso de pertenecer a una empresa, tendrás que acordarlo con ambas. De todas formas nunca hay problemas. Así puedes compartir a una mujer hermosa, además de tener sexo, y te ofrece una compañía completa en todos los sentidos. Más no se puede pedir