Comienzos (B-168)

A ella la conocí en la terraza de un restaurante donde ambos coincidimos para desayunar. Era rubia, impresionante, vestía elegantemente y sus ojos estaban tapados por unas gafas de sol. Cuando llegamos al hall de mi apartamento, se las quitó. Sus impresionantes ojos verdes hacían juego con el vestido del mismo color. Lo tenía todo perfectamente combinado. Sus pulseras y la correa de su reloj también estaban a juego con el vestuario de esta impresionante escort en Madrid. Ya en el ascensor, empezó a juguetear conmigo, sus manos comenzaron a acariciar mis partes mas erógenas. Esto se ponía muy interesante. Jamás tuve tantas ganas de que el ascensor llegara a la planta 15 donde está mi apartamento. Por fin llegamos. Abro la puerta de mi apartamento y cortésmente, le cedo el paso. Ella me coge de la mano y de un tirón me adentra en casa y me hace quedarme a solo unos centimetros de ella. No recuerdo si cerré la puerta, pero me daba igual

Ella comenzó a quitarse ese elegante vestido verde. Su lencería, sensual, negra con encajes, resaltaba un cuerpo con unas curvas aun mas impresionantes de las que me imaginaba. Frente a mi, con sus manos en la espalda, comenzó a desabrochar su sujetador, dejándolo sujeto solo con sus brazos, y haciéndome una señal, me indica que me acerque a ella, me pide que le quite su tanga suavemente, sin prisas. Yo lo hago como me pide, esta escort en Madrid me tiene totalmente fuera de control, excitado como hacía mucho que no había estado. Cuando le estoy bajando su tanga a la altura de los tobillos, ella deja caer su sujetador sobre mi cabeza. Al levantar la mirada, me encuentro con su sexo, perfecto, depilado, pidiendo ser disfrutado por mi lengua. Cuando me disponía a ello, ella dá un paso atrás y se dirige a la habitación. Alli me espera, totalmente desnuda y yo comienzo a quitarme la ropa. Era un auténtico espectáculo verla tendida sobre la cama.