Tocar el cielo (B-128)

Tocar el cielo

Ella era toda una tigresa en la cama, su cuerpo se retorcía sobre el mio sin darme tregua, como poseída por el diablo, esta escort de Valencia, de corto pelo ensortijado con unos pechos exuberantes y un trasero respingón, de esos que cortan el aliento, sabía muy bien lo que se hacía. Desde el primer momento se mostró amable y sonriente conmigo, pero poco a poco, ese angelito se convirtió en todo un demonio del placer, como surgida de las mas remotas entrañas del infierno. Pero a mí me hizo tocar el cielo.

X

X