Calientes (B-140)

Calientes

Creo que ellos ya iban bastante calientes, ya que yo, ni corta ni perezosa, les empecé a tocar las partes íntimas del pantalón e iban durísimos. Ya sabes a lo que me refiero. Ni que decir que ellas estaban húmedas. Lo que más me gustó de ellos es que a nada le daba importancia, como que si yo les tocara, de vez en cuando los genitales, fuera la cosa más normal del mundo. Ya te digo. Eso me gustó muchísimo. Si te digo la verdad, yo también me puse un poco caliente, así que los invité a subir a una de nuestras habitaciones, o apartamentos, o como les quieras llamar, de lujo. Ya te puedes imaginar que, una vez dentro, montamos una buena juerga.

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